Un servicio de limpieza de oficinas, los sistemas tradicionales de reciclaje de papel o las pequeñas destructoras, pueden ocasionar una destrucción deficiente de la información desechada.
Bien porque no quede la información totalmente irrecuperable o bien porque no se hayan aplicado procedimientos confidenciales, pueden aparecer tres riesgos:
Daños a la imagen corporativa o reputacional:
o Las empresas deben prestar especial atención al proceso elegido para la destrucción segura de información ya que, de lo contrario, se pueden enfrentar a una fuga de documentos protegidos por la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), que dañen su imagen.
Incumplimientos del marco legal:
o La Ley 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de Datos y su reglamento que la desarrolla, extiende la obligación de aplicar medidas de seguridad a los documentos en soporte papel con datos de carácter personal.
o No aplicar la legislación vigente puede acarrear sanciones legales que pueden llegar hasta los 600.000 €.
Accesos no autorizados de terceros:
o Un proceso seguro que evite amenazas de accesos no autorizados por parte de terceros, establece que los contenedores de cartón utilizados sean cerrados y precintados, con medidas reales que eviten sustracción, pérdida o accesos indebidos, así como que el transporte confidencial se realice en vehículos cerrados, que aseguren la inviolabilidad de la documentación.